De Hilarión Soler
Altafulla (Tarragona), 1 de marzo de 1898
Sr. Don Emilio Zola
Muy <…> mío y respetable correligionario: Desde este rincón de España siempre he admirado el talento que V. posee. Ahora con los acontecimientos del proceso de la inocencia de Dreyfus encuentro a V. mucho más grande y de un corazón bueno y noble, ya que está V. dispuesto, para defender la justicia y la verdad, a ser sacrificado por los malvados jesuitas que en todas partes tienen cómplices que ayudan a la reacción clerical, poniendo diques a la majestuosa marcha del progreso Universal.
Adelante. No desmayad. Tiene V. en su favor todos los hombres buenos y honrados de Europa y tarde o temprano la luz se hará y V. quedará victorioso.
De todo corazón siento la injusticia que están cometiendo a V. en el malhadado fallo.1
Reciba V. el homenaje más sincero de este su atº y afmo. Q.B.S.M.
Colección: I.T.E.M.-C.N.R.S. Centre d’études sur Zola et le Naturalisme.
1. Este mismo 1 de marzo apareció en Francia, de mano de la editorial Fasquelle, la novela de Zola Paris, en volumen.
También este mismo día apareció en El Progreso, «Socialistas y anarquistas» de Luis Bonafoux.
Ni los socialistas ni los anarquistas franceses estuvieron desde un primer momento apoyando la campaña de Zola, por entender que el caso Dreyfus no era más que un asunto entre burgueses. Fue más tarde cuando empezaron a darse cuenta de la trascendencia social del proceso.