De José Pombo y Labat  

                                                              Madrid, 10 de febrero de 18981

Sr. Don Emilio Zola

Respeto, entusiasmo grande y admiración sublime son los móviles, que, determinando en mí, me impelen irresistiblemente a dar satisfacción a los sentimientos de mi corazón, doliéndome, en el alma, no poseer las condiciones necesarias y precisas para realzar con grandiosos y elocuentes conceptos la gran obra realizada por Vos.

Ahora comenzáis. A Dios ruego os sostenga y aliente para terminar esta ardua lucha. Nada temáis: La victoria al fin será nuestra, la gloria para Vos y Francia posternada os entregará la corona a que os hacéis acreedor2. Proseguid.

Paréceme veros altivo y enérgico, reivindicar vuestro derecho, protestando de las negativas del Tribunal, con pasmosa elocuencia y palabra que resuena en los ámbitos de la estancia, ocupada totalmente, no por desocupados buscadores de emociones, sino por parte del público más culto de la Francia, que, en silencio, sostiene sorda lucha desencadenada en su alma. De un lado, la verdad, la justicia, Zola con su gloria y sus prestigios, de otro, el odio y el rencor, carcoma y polilla de los corazones humanos, semilla que llevada por el viento y arrojada en el seno de una Nación, produce el árbol de la desgracia de cuyas ramas pende el fruto funesto del llanto, el dolor y la ruina. Proseguid. Público es el funesto espectáculo que las insensatas muchedumbres ofrecen en las calles. Como airadas olas de hirvientes espumas pretenden hundir el débil leño que en su superficie flota y la elevan a altura inconmensurable a la cual no pueden llegar. ¿conseguirán rebasar el límite inmenso de vuestra gloria?… ¡Pero no! En su impetuosa carrera no lograrán hundir en el abismo de la desgracia, la gloria más grande de la Francia contemporánea. Proseguid.

La Europa os contempla. Tras los denuestos de ahora vendrá la Historia con sus altos juicios: la Historia, la eterna rectificadora de todas las injusticias.

Como amante de la justicia y ferviente admirador vuestro.

Colección: I.T.E.M.-C.N.R.S. Centre d’études sur Zola et le Naturalisme.

1. La referencia al lugar de donde es enviada la carta: «España. Madrid. Hotel del Universo». 2. Efectivamente, así comenzaba a ser y así se vivirá en España, donde el 12 de abril de 1903 ya se representada en el Circo Barcelonés la obra teatral Emilio Zola o el Poder del genio, inspirada en el caso Dreyfus, escrita por el dramaturgo libertario José Fola Igúrbide, y creada con la intención de dar mayor gloria a la memoria de Zola.