De Rodolfo Moreno, Alejandro Sorondo, Federico H. Fernández, V. Piñero Sorondo, Felipe Senillosa, José Arana, Manuel Frascara, Eduardo Lan y Enrique Borricel
Buenos Aires (Argentina), 23 de febrero de 1898
Al Señor Emilio Zola
Señor:
El eco de vuestra elocuente palabra ha llegado hasta nosotros[1].
Vuestra actitud en defensa de lo que creéis ser la justicia, os levanta en el concepto humano ya bien alto para juzgaros.
Cuando un alma palpita al impulso de tan nobles ideales, ella es digna de levantarse airada en defensa del derecho ultrajado y de la libertad vilipendiada en la persona de un inocente.
Vais a recibir pronto la recompensa de vuestra actitud en la corona que las almas rectas tejen ya para colocarla sobre vuestra sien.
Hoy ya no sois sólo el primer literato francés, sois también el primer corazón de la Francia, pues el vuestro ha latido con más violencia que ninguno ante el atentado cometido.
¡Que Dios premie tanto desinterés y tanta hidalguía!
Entretanto, algunos argentinos admiradores antes de vuestro talento, lo son hoy con entusiasmo de vuestra nobleza y de vuestro valor, y os envían con sus votos por el triunfo de vuestra causa la expresión de toda su simpatía.
Alejandro Sorondo
Federico H. Fernández
Rodolfo Moreno
V. Piñero Sorondo
Felipe Senillosa
José Arana
Manuel Frascara
Eduardo Lan
Enrique Borricel
[1] A. Sorondo, Ciudades y civilizaciones prehistóricas de América. Un santuario megalítico. La piedra movediza del Tandil, Buenos Aires, [1924]. R. Moreno (hijo), La ley penal argentina. Prólogo del Dr. Tomás Puig Lomer. La Plata: Sesé y Larrañaga, 1903. Felipe Senillosa, Memoria sobre los pesos y las medidas, B.A, 1835.