De Eduardo Acevedo Díaz

La Plata (Argentina), 20 de diciembre de 1890

Señor Emilio Zola

De toda mi distinción:

Sin otro título que la admiración que me inspira el escritor eminente, cuyas obras han servido a crear en esta zona de América una nueva escuela, me permito remitir a V., haciéndome un honor en ello, y como modesto homenaje a sus talentos, mis[1] dos últimos libros intitulados: Ismael y Nativa.

Quiera el maestro, destinarles algunos momentos de ocio, -siquiera por tratarse de asuntos sencillamente americanos; y favorecer con alguna carta suya a su autor, a fin de estrechar a través de los mares un vínculo, que para mí sería muy precioso.

Dígnese pues, V., aceptar la débil ofrenda, y considerarme en todo tiempo su muy afectísimo servidor y admirador sincero.

[Calle 48 entre 13 y 14 núm. 932]


[1]  Eduardo Acevedo Díaz abandonó en 1870 sus estudios de Derecho para dedicarse al periodismo y a la política. Desterrado junto con su jefe, el general Aparicio, regresó a Montevideo al firmarse la paz en 1872. Ese mismo año fundó La República; fue redactor de La Democracia y de La Época. Una vez derribado el gobierno de Elaurri, Acevedo Díaz fue encarcelado y desterrado en 1875 por sus violentas protestas contra el poder personal. Tras el pronunciamiento del general Arrué, en que tomó parte, se refugió en Brasil y luego en Argentina. Regresó a Montevideo en 1876 y se encargó de la dirección política de La Democracia, pero tuvo que volver a refugiarse en Argentina a causa de los artículos que publicó relativos a la muerte de Ibarra. Su campaña en la prensa influyó en el renacimiento del espíritu público que produjo la revolución de 1897. Entre sus obras: Ismael. Novela hitórica, Buenos Aires, 1888; Nativa, Montevideo, 1894; Grito de Gloria, Montevideo, 1893; Soledad. Tradición de Pago, Montevideo, 1894; Brenda, Biblioteca de Autores Uruguayos, 1894; El Gobierno Municipal, Montevideo, 1881; Proyecto de un Código Civil para el Estado Oriental del Uruguay, Montevideo, 1852; La Enseñanza Universitaria en 1904, Montevideo, 1905; El Libro del Pequeño Ciudadano, Montevideo, 1907; José Artiga, jefe de los Orientales y protector de los pueblos libres, Montevideo, 1910; Manual de Historia Uruguaya, Montevideo, 1910; Manual de Historia Uruguaya, Montevideo, 1873; Argentina en llamas. Novela, Buenos Aires, 1934; La raza Charrua a principios de este siglo.

Sobre Acevedo Díaz, ver Walter Rela, Eduardo Acevedo Díaz. Guía bibliográfica, Montevideo, Edit. Delta, 1967; Pedro Pablo Figueroa, Un novelista oriental, Eduardo Acevedo Díaz, Santiago de Chile, Imp. Porteña, 1896; Emir Rodríguez Monegal, Eduardo Acevedo Díaz; dos versiones de un tema, Montevideo, Edit. del Río de la Plata, 1963 (Cuadernos uruguayos, 5) y Vínculo de sangre. Eduardo Acevedo Díaz, novelista, Montevideo, Alfa, 1968.