De Miguel Tejeda
Concepción (Chile), 1 de marzo de 1898
Sr. Don Emilio Zola
Señor:
Vuestro nombre, bastante conocido ya, en este último rincón de la América, ha despertado hoy una verdadera veneración con la simpática defensa que habéis hecho de un inocente. Aunque a pesar vuestro has mostrado al mundo entero que la Francia, la gran República, tan celosa en otros tiempos por la justicia, hoy decae.
El fallo dado en contra vuestra, lo condenamos en todo el Orbe; prueba de ello es que, desde aquí, el polo opuesto a la hermosa capital de la vieja Europa, queremos manifestaros nuestras simpatías y deplorar con vos, un fallo inicuo dado en su contra, que más que a vos, afecta al pueblo francés, cuya decadencia moral, ha sido puesta de manifiesto por un jurado oprimido por un populacho loco.
Aceptad señor, mis sentimientos de respeto y condolencia.
Vuestro servidor